“Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: “Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Mateo 26:73 BLA
Todos enfrentamos presión en algún momento, puede ser porque estamos asustados, como lo estaba Pedro allí en el patio del sumo sacerdote y al sentir que lo identificaban con Jesús lo negó diciendo “no sé lo que dices, no le conozco”. Pero en la tercera ocasión cuando le dijeron que su forma de hablar lo delataba, empezó a hablar maldiciendo y jurando que no conocía a Jesús.
Esto muestra que cuando caminamos con Dios nuestro lenguaje refleja nuestra relación en Él. Si nos permitirnos hablar palabrotas o groserías en cada frase, como es tan común para algunos, ya damos evidencia que no nos identificamos más con Él. Maldecir o reaccionar diciendo vulgaridades en un momento de ira o cuando las cosas se complican es negar la relación que nos identifica con Cristo.
Pidamos a Dios que nuestra forma de hablar nos identifique con Él y pongamos en alto su nombre.
CLAUDIA DE FAJARDO | PASTORA SIN MUROS
@claudiadefajardo