“Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.” Lucas 23:46 b RVR 1960
Un capellán le dijo a un soldado que se consolará pensando que había perdido su brazo por una causa justa, a lo que el soldado respondió: “No lo perdí, yo lo di de mi voluntad”. Eso fue lo que pasó con Jesus; él no perdió su vida, él la entregó en rescate por nosotros.
Jesús en su última frase entrega su vida, pero la entrega confiando en el Padre, dejando toda su vida en sus manos con la convicción que le resucitará y se levantará como Dios y Señor de todo. Su última frase es la expresión de alguien que está dando su vida después de haber cumplido todo el plan de Dios y ahora descansa entregando todo en sus manos.
Cuánta angustia y ansiedad sería quitada de nuestra vida si pensáramos por un momento como Cristo, sufriendo un gran dolor en la cruz y agonizando, simplemente mostró una total confianza en Dios.
No hay como comparar el sufrimiento que ahora usted vive, a lo que Cristo sufrió y aún así depositó su confianza en su Padre Celestial. El mejor acto de fe hoy para con Dios es decirle: “Señor a pesar de mi lucha y aflicción, como Jesús, decido confiar en ti y depositar mi vida en tus manos, porque sé que no seré avergonzado” Eso sería un gran canto de victoria.
CESAR FAJARDO | PASTOR SIN MUROS
@cesarfajardosm