“ Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” Efesios 4: 29 NVI
Dios otorga una importancia muy alta a lo que hablamos, sobre lo que hablamos y como lo hablamos, en este versículo de la biblia vemos instrucciones muy claras, advirtiéndonos que no salgan palabras corrompidas de nuestra boca, sino que sean de edificación y causen gracia a nuestros oyentes.
Lo que hablamos es de alto importancia y determinará el resultado de una buena conversación, es sorprendente como una conversación puede llegar arreglar un problema o por el contrario según las palabras que usemos puede hacerlo mucho peor, igualmente el poder de las palabras puede hacer que dos personas sanen heridas o que se contaminen y aumenten sus heridas.
Como hijos de Dios debemos hablar correctamente, de nuestras bocas debe haber siempre palabras de Dios, ya que de la abundancia del Corazón habla la boca y debemos demostrar que en nuestro corazón habita Jesucristo.
MARCELA GARZÓN | PASTOR SIN MUROS
@marcela_garzon_aponte